sábado, 3 de abril de 2010

La fe exige sacrificios

El libro de la biblia que definitivamente marca mi vida es Corintios, en especial la primera carta.. frase por frase... no me canso de leer una y otra vez las cartas dejadas por San Pablo, no solo a los Corintios, sino también las dejadas a los Gálatas y Efesios, que son las que más me calan hasta el fondo. Pienso en la vida de San Pablo y siento mucha esperanza de cambiar mi vida alguna vez, ya quisiera yo tener la dicha de que me caiga aunque sea un poquitito de esa luz.

Pablo era lo que hoy conocemos como "ateo", era un perseguidor del cristianismo; por ejemplo, participó del asesinato del mártir Esteban, que fue decapitado por profesar la fe cristiana. Haber leído una y otra vez sus mensajes, me dejó ya enseñanzas y momentos llenos de paz y amor.
Va una pequeña lectura que expone la necesidad de perseverancia y constancia para lograr la madurez de la FE, en una comparación tan simple, la misma que suelo usar para explicar lo que implica pedir el don de la Fortaleza. Especial para quienes ejercemos el servicio de la Catequesis o la profetización de otras formas (para referirme a quienes profesan otras religiones), ¿Qué podemos ofrecer a los demás si nosotros mismos no estamos alimentados y fortalecidos?:
1COR 9; 24-27

"¿No han aprendido nada en el estadio? Muchos corren, pero uno solo gana el premio. Corran, pues, de manera que lo consigan, como los atletas se imponen un régimen muy estricto. Solo que ellos lo hacen por una corona de laureles perecederos, mientras que nosotros, por una corona que no se marchita.
Así, pues, corro yo, sabiendo a donde voy. Doy golpes, pero no en el vacío. Castigo mi cuerpo y lo someto, no sea que, después de predicar a los otros, venga a ser eliminado"


:)

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