sábado, 5 de abril de 2014

5 de abril

No es un día igual a ese sábado, sabés? Seguramente tu maginación tiene un límite cuando se trata de mi existencia.

Hoy, me encantaría convertirme en lluvia y dejar vaciar mi cielo, soltar mis tormentas y dejar de alumbrar con sonrisas. Los rayos de luz que escapaban entre mis nubes se han cubierto, la oscuridad de mis versos opacaron mis horas, me llené de agua... de agua turbia... del lago de mis dolores. De esa agua calma, discimulada, estancada, olvidada...

Hoy me encantaría derramarme sobre el mundo entero, sobre el extremo racional y superficial... llegar hasta todos tus sentidos y existir de nuevo, por un minuto, y escuchar mi silencio estremecerse en tu risa.

Hoy quisiera dejarme caer... y no ser humana nunca más... no poder escribir líneas torcidas ni girar páginas manchadas de errores. Hoy ya me cansé de ser yo, mi azul se tornó gris, mi transparencia se volvió oscura.

No soy la misma, sabemos. Pero tampoco quiero volver a serlo, no quiero ser nada, solo soltarme por completo, dejar de obligarme a iluminar días y apagar noches, encender llamas y pintar domingos.

Quiero dejar de sentir, por un momento... y gritar por todas las veces que me tocó callar y seguir viviendo.