Y nada

Son las 13:17... me subí por el ascensor así ya, o sea, con esta sensación... el día ha de ser el culpable. Me siento en mi pc y entro a mi blog... una vez más.
Son las 13:18, cuántos minutos más van a pasar ?? Así lo que tengo ganas de empezar todo desde cero, quedarme con la mente en blanco y por sobre todo, el corazón vacío.
Y nada... no pasa nada, eso es lo malo y lo triste... la luz no se prende. Hace casi dos años esto sigue así, olvidado, escondido, destruído, guardado, ya no quiero nada, estoy cansada, creo que voy a degenerar todo, voy a tirar por la borda todo el esfuerzo que hice...y... por qué ?? No tratar de entender... así es la vida.
Nada, no existe nada. Quizás deba separarme de algunos aspectos de mi vida, para no sentirme presionada aparte de decepcionada y dolida.
Ya sé... ootra de emo... así va a seguir siendo en los pocos minutos que tengo para dejar a esto respirar, porque nunca muere... en medio de mi mundo contra reloj.
Y nada... no pasa nada... y en mi interior nada cambia. Este puto silencio me está quemando el pecho. Tengo todo, pero no tengo nadaaa !! Era tan cierto que ni yo lo podía creer. Ya no queda nada que hacer con esto acá adentro, pero el siguiente paso está por ser encaminado... tengo las demás ideas en orden, dejé a mi cabeza aceptar la realidad; que ya me estoy ahogando y la única manera de salir es pensando en mí primero, dejar de mentirme en el intento de escapar.
Perdón, de todo corazón, prometo que no voy a volver a ser tan estúpida. Espero no hacer sentir a nadie lo que yo siento... al final, esto no va a ser solo por mi bien. Tomé desiciones equivocadas buscando ciega una salida a lo que siento... cuando me di cuenta, juro que puse todo mi esfuerzo para que las cosas vayan bien, para que todo esté en equilibrio, para dar todo lo que antes no había dado, para apostar todo con tal de tener un motivo. Ya no doy para más... quiero que pasen aaaaños encerrada en mis estudios y mi trabajo... a ver si con el paso apresurado esto no se vuelve más liviano... y sí, sé que siempre estoy cansada y no me queda tiempo ni para dormir, pero creo que este agotamiento es la única forma.

Llegó la hora de dar la cara y poner todas las cartas sobre la mesa. Y nada... tratar de seguir, como desde aquella noche de setiembre que quedó tan lejos, con un aprendizaje nuevo y firme convicción de no cometer el mismo error.