Y cuando sentís que la vida te devolvió lo mismo que diste, intentas hacer cálculos y los números no te cierran. Aveces reinventarse cuesta caro, aveces esas devoluciones no son lo necesario, son diferentes a lo que necesitás en ese momento.
Apartás todo y seguís pensando cómo pagar el precio, es como que hayas cosechado manzanas pero necesitas limones... y te das cuenta de que la única manera es salir a buscarlos, animarte a saltar por los árboles, lidiar con espinas, trepar finos troncos, dañarte la piel.
Todo es posible cuando perdés el temor y la vergüenza. .. y te lanzas de lleno. Todos los números cierran cuando no existen convencionalismos absolutos.
Ya las manzanas servirán en otro momento, la vida es más sabia que nuestra limitada mente.
lunes, 1 de agosto de 2016
De cosechas y cuentas pendientes
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